Sarajevo, la ciudad en la que todo existe
Víctima de grandes conflictos bélicos, la capital de Bosnia y Herzegovina ha sido siempre un núcleo multicultural que renace constantemente de sus cenizas
*Artículo publicado en National Geographic
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/6-curiosidades-historia-sarajevo_1...
Los místicos dicen que todo lo que existe en el mundo existe en Sarajevo. Y es verdad. Esta ciudad cosmopolita donde conviven las tres grandes religiones monoteístas es el paradigma de un cruce de culturas. Existen distintas huellas arquitectónicas, también cicatrices de guerra.
Fundada por los otomanos a mediados del siglo XV y construída a orillas del río Milyatska, la ciudad se convirtió en una nueva Babilonia y fue poblada por personas de religiones distintas e idiomas dispares. Esta mezcla de lenguas, religiones y culturas en un lugar tan pequeño hizo de Sarajevo una ciudad peculiar con un sistema cultural exclusivo.
Sus gentes construyeron distintos barrios residenciales (mahalas) en las laderas de las montañas, rodeando así el mercado central o bazar tipo turco (Charshiya). Existe un mahala
musulmán, otro católico y uno judío, pero sus habitantes se mezclan en una vorágine de mezquitas bizantinas, pasteles vieneses, arquitectura austro-húngara y café turco en el centro de la ciudad.
Es tal la diversidad que incluso la Catedral del Sagrado Corazón (católica), la Catedral de la Natividad (ortodoxa) y la Mezquita Ferhadija (musulmana) comparten manzana en la ciudad. También la Sinagoga sefardí está a pocos minutos andando de este recorrido religioso.
Tal vez por tanta pluralidad o, como dicen los sarajevitas, por la envidia que supone ver que una convivencia es posible, han sido varios los intentos de destrozar la ciudad. “ Cada 50 años sufrimos una guerra
”, admiten con pesadumbre. La última, entre el 1992 y 1995, dejó la ciudad en ruinas. La de Bosnia fue una de las guerras más brutales de la historia reciente, con más de 120.000 muertes. Durante el sitio de Sarajevo las fuerzas serbias que rodeaban la ciudad bombardearon varias veces los edificios y cometieron varias atrocidades durante los combates.
Aunque las cicatrices perduran y la mayoría de parques son ahora cementerios que recuerdan el asedio, Sarajevo está prácticamente resconstruída y es hoy una ciudad moderna que, sin olvidar su pasado, mira al futuro.
De hecho Sarajevo siempre fue una ciudad avanzada y, ya en 1885 construyó el primer tranvía eléctrico y a tiempo completo de toda Europa. Fue también la primera nación comunista, cuando Bosnia todavía formaba parte Yugoslavia, en organizar unos Juegos Olímpicos de Invierno (1984), gracias a su excelente ubicación para los deportes de nieve.
Qué ver en Sarajevo
Según el escritor bosnio más destacado de su generación, Dževad Karahasan, para conocer Sarajevo se debe empezar el recorrido en el Hotel Europa.
1) El Hotel Europa es el centro físico y semántico de Sarajevo, con elementos del este y del centro de Europa. Construído e inaugurado por la ocupación austro-húngara, el hotel se convirtió en la primera sede hotelera moderna de la ciudad. Durante su casi siglo y medio de vida, el hotel ha visto muchos cambios y en el año 92, cuando albergaba a mujeres y niños refugiados, fue incendiado por un proyectil de artillería. A día de hoy, es un hotel de cinco estrellas donde alojarse (136 eur 2 pax, 1 noche) o tomarse un café vienés (o turco) , según guste.
2) Baščaršija es el casco antiguo de la ciudad, un bazar de estilo turco construído por el Imperio Otomano y hoy repleto de tiendas de souvenirs. Un lugar idóneo para pasear por callejones adoquinados, casitas de construcciones bajas y restaurantes tradicionales. El Zeljo es probablemente el lugar más recomendable para probar el Ćevapi, un plato tradicional bosnio a base de carne picada y pan. ¡Delicioso!
3) Rodeada por palomas la Sebilj es una fuente pública construída a base de piedra y madera con forma de kiosco. Cuenta la leyenda que quien beba de esta fuente de estilo pseudo-otomano, regresará tarde o temprano a Sarajevo. Así que si crees que no vas a tener suficiente tiempo para verlo todo en la ciudad, ¡dale un buen sorbo!
4) Elegante y soberbia, la Mezquita Gazi Husrev-Beg, la más importante de la capital y la más grande del país, es una de las estructuras otomanas más características de Bosnia y Herzegovina. Gobernada por una cúpula principal y un sólo minarete de más de 45 metros de altura, se trata de uno de los símbolos mas destacables de Sarajevo, visible desde innumerables puntos de la ciudad. Durante las horas de oración permanece cerrada a los turistas.
5) El asesinato de Franz Ferdinand, heredero al trono del imperio Austro-Húngaro, sucedió en el lado norte del Puente Latino, justo delante del antiguo ayuntamiento o Vjecnica, visita también obligada en la ciudad. Convertido tras la I Guerra Mundial en biblioteca y ahora en sala de exposiciones, el interior del edificio, con mosaicos y pinturas árabes, está totalmente restaurado ya que en el 1992 las tropas Serbias quemaron todo el edificio y se perdieron los documentos de más de 150.000 libros y manuscritos. El precio de la entrada está alrededor de los 3 euros.
6) Para entender mejor los acontecimientos de la última guerra es interesante adentrarse en alguno de los muchos cementerios que hay en la ciudad. O incluso intentar descubir algunas de “ Las Rosas de Sarajevo ”, manchas rojas en el suelo que, a base de resina roja, rellenan las grietas ocasionadas por las bombas y representan toda la sangre derramada durante la guerra. Se pueden encontrar varias por toda la ciudad.
7) Si nos alejamos un poco del centro urbano, a unos 12 km aproximadamente, podemos llegar al Túnel de Spasa , conocido también como “el túnel de la esperanza” puesto que fue la única vía de comunicación entre la ciudad y el exterior durante el sitio de Sarajevo. Una zona controlada por las Naciones Unidas donde se permitió que los alimentos, los suministros de guerra y la ayuda humanitaria entraran en la ciudad. El precio es de unos 15 euros y el horario de visitas es de 9 a 4pm.
8) Imprescindible terminar el recorrido viendo la puesta de sol desde la fortaleza de Zuta Tabija, o bastión amarillo, un lugar muy concurrido por los vecinos de la ciudad, con una vista panorámica de Sarajevodifícil de olvidar. La entrada es gratuita.







