Auroville ¿utopía realizada?

Una construcción casi imposible, una enorme esfera dorada y futurista de más de veinte metros de altura fue la encargada de recibirme. El Matrimandir
, edificio que parece sacado de una película de ciencia ficción, es el “alma de la ciudad” y el centro de meditación
de los aurovilianos.
Para entrar debes pedir número, hacer cola y seguir el ritual: ponerte unos calcetines blancos, mantenerte en completo silencio y andar pausadamente. La ascensión a la planta superior se realiza mediante dos rampas blancas con barandillas de cristal, el ambiente es de un tono anaranjado y la gente demasiado seria. ¡Creía que en cualquier momento iba a ser abducida! La cámara interna, de mármol blanco, posee un globo de cristal atravesado por un rayo de sol que baja desde el techo, golpea el cristal y provee de un tono azulado a toda la sala. Allí tuve que meditar –más bien flipar- durante 15 minutos.
" Auroville quiere ser una ciudad universal donde hombres y mujeres de todos los países sean capaces de vivir en paz y en progresiva armonía, por encima de todo credo, política y nacionalidad. El propósito de Auroville es lograr la unidad humana ."
Éstas son las palabras de la francesa Mirra Alfassa , más conocida como “ La Madre ”, quien gracias a las enseñanzas de su compañero y maestro espiritual Sri Auribundo , ideó y dio forma al proyecto de Auroville , ciudad internacional dedicada a la unidad humana.
Auroville , ubicada a 10 kilómetros de Pondicherry ( Tamil Nadu, India ), se fundó en 1968 en un territorio cedido por la India para desarrollar un experimento social: la creación de una ciudad en sintonía con la naturaleza, donde desarrollarse como persona, vivir con respeto desde una perspectiva humanista y espiritual, sin propiedad ni posesión, donde el dinero no fuera lo más importante.
A día de hoy, no sé qué queda de todo ello.
Auroville está planificada para albergar a 50.000 personas, aunque de momento sólo viven unas 2.200, provenientes de unos 47 países (en su mayoría franceses y alemanes). Su diseño tiene forma de galaxia espiral y está constituida por cuatro sectores (zona internacional, cultural, industrial y residencial). Todo muy moderno, por eso no es de extrañar que mientras paseas por sus caminos frondosos florezcan construcciones parecidas a naves espaciales y residencias de ovnis. Pero la premisa fundamental, para los habitantes de las naves y para los que residen en granjas más humildes, es convivir en una eco-ciudad. Conceptos tan “eco” como sostenibilidad, agricultura orgánica, energías renovables, reciclaje y técnicas agroforestales forman parte del día a día de los aurovillenses . De hecho, la ciudad, que en su origen era un terreno semi-desértico, ha obtenido ya elogios a nivel internacional por su trabajo medioambiental.
Todos estos logros, sin duda, se deben admirar, “ Madre ”- como dirían los aurovillenses - estaría orgullosa. Me parece asombrosa la filosofía de eco-vida, la búsqueda espiritual y la renuncia a lo material, pero bajo mi punto de vista hay muchas paradojas, tantas que incluso he llegado a plantearme que estoy en un club selecto.
Esta mañana, sin ir más lejos, he ido a la piscina y me han pedido 5 euros por la entrada. ¿Cómo? ¿Cinco euros en la India? Eso es una barbaridad, por mucho que se deba contribuir a la comunidad. Además, en dicha piscina sólo había occidentales, no he visto ni un solo indio. Tampoco los he visto en las urbanizaciones de casas enormes y lujosas, sólo los he visto trabajar en los puestos más duros, tales como construcción, limpieza y jardinería… Auroville vive del trabajo de los lugareños, me gustaría saber cómo se las arreglarían sin ellos. Aunque la ciudad vende a precios casi occidentales (cafés y croissants exquisitos, por ejemplo) paga con salarios indios, miserables.
Algo también que me sorprende de Auroville
son sus requisitos para entrar a formar parte del proyecto. No cualquier persona puede hacerlo, para ello debes pasar un proceso de varios años, siendo antes voluntario, y demostrar que eres capaz de mantenerte y de pagar un sitio donde dormir. ¿Acaso “ Madre
” no decía que sería un lugar donde el dinero no primaría? Da la sensación de que no quieren hablar de dinero pero se pasan el día hablando de él
. Pongo un par de ejemplos. Los voluntarios de Auroville
deben pagar un mínimo de 150 rupias al día (2’5€) para trabajar 6 horas en cualquier granja o proyecto. Pagar por trabajar, ¿un poco vergonzoso, no? Y otra es que el dinero generado en Auroville
debe quedarse en Auroville
. Es decir, alguien que vende mermelada está obligado a gastar, como mínimo, el 50% de sus ganancias en la comunidad.
Dólares (o rupias) a parte, sigo con mis dudas.
Para ser aurovillense debes practicar el yoga integral con el objetivo de meditar por el bien de la humanidad. Por lo tanto, alguien que se niegue a practicarlo será excluido de la comunidad. ¿Es eso una ciudad universal y tolerante?
“ Madre ” habla también de la supresión de la religión.
“Reemplazamos la religión por la vida espiritual, pues ésta es mucho más verdadera, más profunda y más alta; es decir, más cercana al Divino. El Divino está en todo y en cada cosa, pero no somos conscientes de ello. Este es el inmenso progreso que los hombres deben hacer”.
¿Qué es el Divino? ¿Acaso no es el culto a una divinidad o fuerza superior? Y si no creo en el Divino ¿qué pasa?
Me centro ahora en el quinto punto de los documentos que rigen la vida en la ciudad.
“ La Tierra entera debe prepararse para el advenimiento de la nueva especie ”.
¿Son los habitantes de Auroville los predecesores del Super Hombre? ¿Es una secta New Age ? ¿Les han lavado la cabeza? ¿Son seres con una consciencia superior, una vibración más elevada?
Demasiadas dudas, demasiadas conclusiones. Y tal vez, demasiados aurovilianos .
Aquí encontramos al hippie que, en los años 70, vino en busca de un refugio y que su único ideal es vivir en una cabaña rodeado de naturaleza. También está el adinerado occidental que, cansado del estrés de la ciudad, viene en busca de un resort espiritual, con todas sus comodidades. Por otra parte, el ecologista interesado en la sostenibilidad y en una vida alternativa. Y, como en todos lados, seguramente también exista una mano negra que pretende lucrarse de todo el proyecto.
Sea como sea, Auroville es un experimento donde, para bien o para mal, conviven personas distintas, de todo el mundo, bajo un mismo ideal. Unos lo llaman secta , otros lo consideran una utopía realizada … ¿Tu qué piensas?






